Lesiones de cadera

La articulación de la cadera

La articulación de la cadera está formada por la cavidad acetabular y la cabeza del fémur. Toda la superficie de la cadera está cubierta de una estructura lisa llamada cartílago articular que le permite un movimiento de deslizamiento suave.

Lesiones comunes en la cadera

 

En la práctica de determinados deportes, principalmente fútbol, tenis y rugbi, se pueden producir lesiones siendo las más frecuentes los esguinces, las lesiones del labrum y lesiones de cartílago.

La artroscopia de cadera permite afrontar con garantías el tratamiento de algunas patologías de difícil acceso.

Un ejemplo es el choque o pinzamiento femoroacetabular: Se trata de una patología de frecuente diagnóstico que ocasiona gran incapacidad tanto en pacientes deportistas como no deportistas. Su diagnóstico y tratamiento precoz evita por lo general el desgaste articular (artrosis) y la lesión del cartílago.

El tratamiento artroscópico de esta lesión permite a los atletas reanudar el deporte y continuar sus carreras profesionales al nivel competitivo que tenían antes de la cirugía. Por otra parte este tipo de tratamiento determina una recuperación mucho más temprana y con menos tasa de complicaciones que mediante cirugía abierta.

Sin duda estamos ante la patología de cadera que más frecuentemente se trata mediante artroscopia de cadera, por su poca morbilidad, menor pérdida de sangre, mejor resultado estético y más rápida recuperación en comparación con la cirugía abierta.

Además de este choque o pinzamiento femoroacetabular, también utilizamos la artroscopia en la cadera para extraer cuerpos extraños (calcificaciones), tratar lesiones del labrum (especie de menisco dentro de la cadera), resolver resaltes tendinosos, y tratar lesiones en el cartílago.

La artroscopia proporciona una forma poco agresiva para tratar los problemas dentro de la articulación con un menor daño a los tejidos y una recuperación más rápida y confortable

Choque femoroacetabular

En el paciente joven es una patología frecuente (conocido en la literatura médica como impingement), se caracteriza por dolor inguinal, a veces irradiado hacia la parte externa de la cadera y otras hacia la cara interna o la parte posterior del muslo.

Antes se pensaba que esta deformidad, una especie de giba en el hueso, derivaba de una degeneración de esa articulación. Sin embargo hoy en día sabemos que más bien la deformidad provoca una artrosis precoz en la cadera.

Un ejemplo estándar es el deportista (no sólo profesional, sino también recreacional) entre 20 y 45 años, con dolor en la zona del trocánter, ingle y glúteo, sobre todo cuando está sentado.

EL tratamiento artroscópico resuelve fácilmente el problema.

Si se lesiona el “labrum» (una especie de fibrocartílago similar al menisco de la rodilla) la evolución sin tratamiento es también hacia la artrosis. En este caso se trata como la lesión de menisco, o se quita el fragmento roto o se repara mediante su reinserción o sutura.

En este caso la técnica indicada es también la artroscopia.